La forma ideal para tu alfombra

Si quieres comprar una alfombra, puedes elegir entre las de forma redonda, ovalada, cuadrada o rectangular. Las alfombras proporcionan una buena acústica e irradian calidez. También es importante comprar una alfombra que se adapte a ti. Pero, ¿cuál es la forma adecuada para una alfombra en una habitación concreta?

Alfombras redondas

Una alfombra redonda no delimita nada. Por tanto, es un cambio bienvenido respecto a una alfombra o un suelo de parqué. Una alfombra redonda también queda bien en un interior con muchas formas rectas y angulosas. La forma redonda de la alfombra da equilibrio a la habitación en la que se coloca. La alfombra puede colocarse bajo una mesa de centro redonda para conseguir simetría, o sobre una mesa de comedor rectangular para conseguir un efecto lúdico.

Alfombras cuadradas

Una alfombra cuadrada es muy adecuada para colocarla en ángulo. Así, la alfombra se coloca en un ángulo de 90 grados. A diferencia de la alfombra rectangular, la versión cuadrada suele colocarse debajo de un mueble y continúa delante de él. De este modo, la alfombra da un poco más de estilo a la esquina de la habitación.

Alfombras rectangulares

Una alfombra rectangular es ideal para colocarla delante de un sofá o debajo de una mesa de comedor. Crea una especie de “isla” que se convierte en el punto de encuentro central de la habitación. A diferencia de la alfombra redonda, la versión rectangular crea un límite. La alfombra también funciona muy bien en una habitación rectangular: entonces la forma se acentúa aún más.

Alfombras pequeñas o grandes

Además de la forma, el tamaño de la alfombra también es muy importante. Si vas a comprar una alfombra para colocar sobre ella la mesa y las sillas del comedor, lo mejor es elegir un tamaño en el que las sillas apartadas de la mesa sigan sobre la alfombra. Si quieres colocar una alfombra delante de un sofá o sillón, debes poder colocar las patas delanteras sobre la alfombra. Para las camas, es aconsejable elegir una alfombra ancha, de modo que los pies caigan sobre la alfombra cuando te levantes. Otra opción es colocar la alfombra delante de la cama o en uno de los dos lados.